Los escaparates en algunas jugueterías y tiendas especializadas ya nos muestran máscaras venecianas, vestidos de época, princesas, piratas, trajes para chicos y mayores, colores infinitos para maquillajes infantiles, purpurinas, pelucas sombreros y complementos… todos al servicio de la imaginación, de la ilusión y de la creatividad que despierta en nosotros el carnaval, época en el que el disfraz y la fiesta son los protagonistas.
Qué representa el carnaval para los niños
Los días de carnaval son un momento extraordinario para sorprender a nuestros hijos… y a todos los demás. El año pasado una familia del colegio de mis hijos nos dejaron a todos los presentes en el desfile de carnaval con la boca abierta: creatividad, simpatía, diversión e imaginación a raudales… una bella estampa para contemplar, fotografiar y disfrutar. La familia ‘transformer’ papá, mamá y sus tres pequeños: 7, 4 y 2 años, todos ellos ataviados con disfraces diseñados por ellos mismos y confeccionados con cartón, algunos colores metálicos y mucha mucha imaginación para el momento estelar de su aparición.
Hay un amplio abanico para elegir, podemos recurrir a la compra o al alquiler de nuestro disfraz familiar, a la elaboración tradicional mediante patrón, tela, aguja e hijo, aunque quizás la mejor manera de compartir el tiempo, la creatividad y la ilusión con nuestros hijos sea que nos tomémonos un poco de tiempo y realicemos con ellos nuestras propias creaciones: máscaras o disfraces que podemos confeccionar junto a ellos, sin un excesivo esfuerzo y empleando materiales tan cotidianos como: papel, cartón, bolsas, telas, tijeras, pegamento y todo tipo de elementos que en un principio irían destinados al contenedor del reciclado.