Muchos niños están creciendo en el mundo sin la presencia de un padre. Los índices de abandono siguen siendo muy altos, especialmente en los países latinoamericanos. Para algunos, esto se debe a problemas sociales como el desempleo y la pobreza. Para otros, el factor más importante es la cultura: en algunos entornos el abandono del padre llega a verse como algo relativamente normal.
Parece haber una fuerte relación entre los embarazos no planificados, especialmente en adolescentes, y el abandono del padre. Esto, sumado a patrones machistas de conducta, hacen que muchos hombres no evalúen como negativo el hecho de abandonar a un hijo.
Uno de los factores que tienen como resultado el abandono de los hijos, son los patrones machistas de conducta que hace que algunos hombres vean el abandono hacia los hijos como algo sin importancia.
Otras problemáticas que traen como resultado el abandono es: La prostitución, violaciones entre otros.
En los países sudamericanos empieza a crecer las tasas de embarazos en adolescentes, en la mayoría de los casos este problema también da como conclusión el abandono de los padres. Puesto que muchos jóvenes no piensan antes de realizar actos sexuales, simplemente se concentrar en satisfacer sus deseos y llevan a cabo dicha acción; y al verse en un embrollo optan por seguir con sus vidas sin la presencia de los infantes que traen al mundo
La ausencia de un Padre en la vida de un Hijo genera diversas secuelas y muy graves, algunas de las problemáticas que puede presentar un menor son:
Falta de Confianza
Poca Capacidad de Aprendizaje
Mal Desarrollo de la Personalidad
Dificultades para ampliar sus Horizontes
Además, de sentirse excluido y privado de afecto. Si bien es cierto, en muchos casos la madre toma el rol de ´padre y madre a la vez`, no siempre se consigue en buen desarrollo del niño.
Cuando se trata de un abandono parcial, los efectos o consecuencias pueden pasar casi desapercibidos. Pero de ninguna manera se eliminan, solo se matizan.
La ausencia de un Papá deja abierta una gran herida emocional, sobre todo, en la niñez.
Recordemos que el abandono puede ser emocional y también físico. Por eso, en múltiples ocasiones, aunque el padre esté presente en casa, el menor sigue sintiéndose abandonado pues no siente ese contacto que debe darse entre el padre y el hijo.
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