La ciencia hace todo lo posible por intentar resolver una fracción de las dudas y preguntas que surgen a diario y que en ocasiones muchas de estas quedan sin resolver. Hasta el día de hoy, varios fenómenos de la naturaleza o del cuerpo siguen siendo un misterio y ni siquiera el mejor grupo de científicos ha sido capaz de dar un argumento bien fundado.
Uno de los fenómenos que sigue generando más preguntas que respuestas tiene que ver con la mejora significativa de una persona justo antes de morir. Tal vez, en algún momento de su vida, escuchó historias sobre enfermos terminales o graves que de repente mejoraron o comenzaron a sentirse mejor y cuando sus familiares pensaron que tenían todo a su favor para sobrevivir y salir adelante, sucedió lo contrario.
Historia
Hay varios casos similares en la historia de la medicina y la ciencia y aunque ha sido denominado con diversos nombres, se le conoce como «lucidez paradójica» o «lucidez terminal». Científicos de la Universidad de Michigan, Estados Unidos, han estado estudiando la lucidez paradójica, es decir, los momentos de lucidez que experimentan algunos pacientes con demencia al final de la vida, creen que la información recopilada puede ser importante para futuros tratamientos de la enfermedad.
La conducta de un paciente que atraviesa un «episodio» de lucidez terminal se relaciona con mostrar una mejoría sustancial de los síntomas que lo aquejan, sin embargo, la persona fallece al poco tiempo.
La pregunta viene al menos desde la época de Hipócrates, el médico griego considerado el padre de la Medicina que nació cuatro siglos antes de Cristo. Él y otros griegos pensaban que el alma permanece básicamente intacta mientras que el cerebro se ve afectado por un mal funcionamiento físico o por perturbaciones de la mente.
Los expertos no encuentran respuesta a eso y aunque es algo que viene ocurriendo desde la antigüedad, ha habido muy pocos estudios científicos al respecto. Algunos piensan que es una especie de mecanismo de supervivencia del cuerpo humano.
Es muy difícil poner este fenómeno bajo el microscopio como parte de la comunidad médica y científica ya que se trata de cuestiones éticas que pocos están dispuestos a trascender.
George A. Mashour de Michigan Medicine admite que estudiar la lucidez paradójica será un desafío, dada la naturaleza fugaz del evento.
En 2009, Michael Nahm y Bruce Greyson, del Departamento de Psiquiatría y Ciencias del Neurocomportamiento de la Universidad de Virginia (EE. UU.), recopilaron 49 casos descritos en la literatura médica.
Los resultados mostraron que el 43% correspondió a pacientes que tuvieron una mejoría súbita un día antes del fallecimiento, mientras que el 41% de los pacientes mejoraron de 2 a 7 días antes del fallecimiento y el 10% de 8 a 30 días.
La mayoría de los pacientes padecían demencia, cuya forma más común es la enfermedad de Alzheimer.
Otro estudio de 2018 señaló que, normalmente, se produce una liberación de adrenalina y otras sustancias que provocan cambios en el organismo, haciendo que el cuerpo se “reinicie” para contarlo de alguna manera.
El biólogo alemán Michael Nahm acuñó el término «lucidez terminal» para este fenómeno y se centró en relatos históricos que abarcan cientos de años.
Hay varias hipótesis que intentan explicar lo que sucede, pero ninguna de ellas ha sido probada o validada hasta el momento. Entre ellos están las oscilaciones normales en pacientes críticos, una reacción química en el cuerpo que funcionaría como un instinto de supervivencia. También el azar, o la persistencia de la conciencia durante la muerte.
Dejando de lado teorías o creencias o ideas religiosas, la lucidez terminal es un fenómeno que realmente sucede y que seguirá siendo discutido dentro de la comunidad y los hospitales con la intención de encontrar una explicación válida de su razón de ser.