Las patas de pollo son piezas que aunque no aportan carne, muchas personas aseguran que le dan más sabor al caldo. Hay quienes incluso afirman que las patas pueden ofrecer múltiples beneficios a la salud. Veremos qué tanto es cierto.
Supuestos beneficios
Las patas de pollo consisten principalmente en tejido conectivo: piel, cartílago, tendones y huesos.
La revista Healhline señala que gracias a su alto contenido de colágeno, las patas de pollo pueden:
Mejorar la salud y la apariencia de la piel
Ayudar a reducir el dolor articular
Ayudar a prevenir la pérdida ósea
Favorecer la salud del corazón
Los estudios e investigaciones que cita la revista comprueban los beneficios mencionados al consumir colágeno a través de suplementos diseñados para que esta proteína pueda absorberse mejor.
Beneficios del caldo de pollo
La sopa o el caldo de carne de pollo (con o sin huesos) ha sido considerada popularmente como reconfortante e incluso como favorecedora para la recuperación luego de una cirugía o enfermedad.
De acuerdo a la Escuela de Salud Pública de Harvard no existe evidencia científica que señale que la sopa de pollo con verduras acelera la recuperación. Sin embargo, afirma que es una preparación que vale la pena por varias razones:
Aporta varios nutrientes involucrados en el sistema inmunológico: proteínas y zinc del pollo, vitamina A de las zanahorias, vitamina C del apio y las cebollas; y antioxidantes de las cebollas y las hierbas.
Es una buena manera de tener una comida abundante sin un montón de calorías. Las personas que comienzan una comida con un plato de sopa consumen menos calorías en general.
Proporciona líquidos y electrolitos para prevenir la deshidratación.
Es agradable para el estómago cuando no se tiene mucho apetito.
Entonces, las patas de pollo no te ofrecerán los beneficios exclusivos que se atribuyen al colágeno, pero sí pueden ser una buena adición al caldo de pollo que en conjunto crean un plato muy nutritivo y saludable para tu cuerpo en general.