En el vasto panorama musical latino, las preferencias y aversiones de los artistas a menudo generan controversia. Recientemente, Fher Olvera, vocalista icónico de Maná, ha reafirmado su posición de rechazo hacia el reggaetón y, específicamente, su falta de interés en colaborar con el influyente reguetonero Bad Bunny. A pesar de las sugerencias de su propio hijo Dalí para explorar nuevas sonoridades y conectarse con las generaciones más jóvenes, Olvera se mantiene firme en su devoción por el rock en español, resistiendo la atracción de la moda comercial del género urbano.
En una reciente entrevista con el diario español El Mundo, Fher Olvera, con sus 64 años de experiencia musical, dejó claro que no está dispuesto a comprometer la esencia de la música de Maná con el fin de obtener reconocimiento internacional a través del reggaetón. Clásicos inmortales como «Huele a tristeza» y «En el muelle de San Blas» atestiguan su legado en el rock en español, y parece que no está dispuesto a desviarse de ese camino.
Su rechazo a Bad Bunny y al reggaetón en general no se limita solo a cuestiones musicales, sino que se extiende a una crítica más profunda sobre la calidad artística y la dirección que ha tomado la escena musical latina. En sus propias palabras, expresó su insatisfacción con el reggaetón y su percepción de una falta de calidad artística en las letras del género urbano.
«A mi hijo le digo que no voy a hacer nada con Bad Bunny», afirmó categóricamente Olvera. No solo critica la falta de calidad lírica en el reggaetón, sino que también señala la saturación de la escena musical latina con un género que considera vulgar y carente de talento.
El líder de Maná no escatimó en sus críticas, destacando la invasión de la escena musical por el reggaetón y expresando su preocupación por la dirección que ha tomado la industria. Su desagrado no solo se centra en lo musical, sino que se extiende al contenido lírico, señalando aspectos «sexies» que, según él, a menudo caen en la vulgaridad. Además, cuestionó la destreza artística de muchos intérpretes urbanos y mostró su desagrado por la violencia presente en algunas letras.
«El lenguaje del reggaetón tiene una parte sexy, pero también cae en la vulgaridad. Es de no tener un poquito de tiempo, dedicación, ingenio o creatividad para hacer algo mejor», enfatizó Olvera. «Creo que no están poniendo muchas ganas a las letras. Algunas son demasiado violentas y a mí realmente no me gustan. La mayoría de sus cantantes, no todos, tienen poco talento. Igual es que ya me estoy haciendo viejo».
Sin embargo, en medio de sus críticas generalizadas al reggaetón, Olvera hizo una excepción al expresar su admiración por la artista española Rosalía. Aunque Rosalía no se identifica estrictamente como reguetonera, ha experimentado con elementos sonoros del género urbano. Olvera destacó su creatividad y versatilidad, reconociendo que su enfoque artístico difiere de la corriente más convencional del reggaetón. Aquí el video con las duras declaraciones.
Este episodio revela no solo la firmeza de Olvera en sus convicciones musicales, sino también las tensiones y divergencias generacionales en la música latina contemporánea. El rechazo a Bad Bunny se convierte en una declaración que va más allá de la música, revelando una resistencia a la transformación del paisaje musical latino, especialmente en un momento en que el reggaetón domina las listas de éxitos y las preferencias del público más joven.