La fibromialgia es un síndrome caracterizado por dolores en todo el cuerpo, asociados a una gran fatiga y a trastornos del sueño. No genera complicaciones graves, pero impide a las personas hacer actividades simples o trabajar de manera normal.
Se trata de una enfermedad de difícil diagnóstico que se ha convertido en un problema de salud de primer orden.
No se conocen las causas exactas que originan esta enfermedad, pero se cree que se debe a una alteración de ciertos neurotransmisores que se encuentran en el sistema nervioso. Sin embargo, genera polémica entre la misma comunidad médica, ya que muchos profesionales de la salud creen que no existe.
Los dolores musculares y óseos generalizados atacan particularmente a las mujeres, siendo la relación de ocho mujeres por cada hombre afectados por esta enfermedad.
Los primeros síntomas pueden aparecer entre los 20 y los 40 años, pero la enfermedad se declara y se manifiesta abiertamente entre los 40 y los 50. Actualmente, se ubica dentro de las patologías reumáticas.
¿Cuáles son los síntomas de la fibromialgia?
Estos son los principales síntomas con los que se manifiesta la fibromialgia.
– Dolor muscular: Estos dolores se hacen crónicos cuando se presentan en los pacientes durante más de tres meses consecutivos. En ocasiones, un estímulo que puede generar un dolor leve, al padecer fibromialgia, el dolor se potencia y se extiende en el tiempo.
– Cansancio: La fatiga y el cansancio son otros síntomas de esta enfermedad. Y aunque descansemos, porque consideramos haber hecho un esfuerzo, el cansancio sigue allí y no desaparece.
– Entumecimiento: Calambres, rigidez, sensación de inflamación, contracturas musculares, movimientos involuntarios y temblores pueden ser otras patologías que se asocian con la fibromialgia.
– Deterioro cognitivo: Las capacidades cerebrales como la memoria, el procesamiento de la información e incluso la expresión verbal pueden verse afectadas al padecer esta enfermedad.
– Insomnio: Las personas afectadas con fibromialgia manifiestan tener problemas para dormir y en caso de que lo consigan, suelen despertarse en reiteradas oportunidades durante la noche.
– Depresión: Sentirse deprimido y tener episodios de ansiedad puede estar vinculado a esta enfermedad. No hay especificaciones concretas en cuanto a si se da antes de que la enfermedad llegue o se genera un estado de ansiedad por padecer la misma.
– Intestino irritable: También pueden surgir, al atravesar esta enfermedad, problemas relacionados con el sistema digestivo y con los intestinos.
¿Cómo evoluciona la fibromialgia?
Como ya dijimos, esta enfermedad no es grave en el sentido de que no representa riesgos para la vida de las personas, pero si les hace lo cotidiano un poco más difícil.
Los dolores pueden ser intensos y a veces resistentes a los tratamientos que se aplican, ya sea médicos, físicos o psicológicos. Sin embargo, tienden a estabilizarse con el tiempo.
La clave es la intensidad del dolor, que es lo que permite en mayor o menos medida llevar una vida normal.
Es lógico que un dolor intenso y crónico afecte la vida laboral de las personas, pero también es cierto que mantenerse activo profesionalmente, es beneficioso tanto a nivel psicológico, como a nivel físico. Esto fue demostrado por un estudio sueco que sugiere que la cuestión psicológica y la depresión, cumplen un rol muy importante en la evolución de la enfermedad.
Si bien no hay una cura conocida para la fibromialgia, ciertos remedios naturales pueden ayudar a aliviar algunos de sus síntomas. Aunque algunos de estos remedios pueden ser útiles, siempre es importante que consultes a tu médico antes de iniciar cualquier tratamiento natural. Aquí te dejo una lista de posibles remedios naturales:
Dieta antiinflamatoria: Comer una dieta rica en frutas, vegetales, granos enteros, proteínas magras y grasas saludables puede ayudar a reducir la inflamación. Evita los alimentos procesados y el azúcar que pueden aumentar la inflamación.
Ejercicio: El ejercicio regular puede ayudar a reducir el dolor y mejorar la función física. El yoga y el tai chi son opciones de bajo impacto que también pueden ayudar a reducir el estrés.
Descanso y sueño de calidad: Dormir suficiente y de buena calidad puede ayudar a reducir el dolor y la fatiga asociados con la fibromialgia.
Técnicas de relajación: El manejo del estrés a través de técnicas como la meditación, el mindfulness o la respiración profunda puede ayudar a reducir el dolor y mejorar la calidad de vida.
Suplementos de magnesio: Algunos estudios sugieren que el magnesio puede ayudar a reducir los síntomas de la fibromialgia. Consulta a tu médico antes de tomar suplementos.
Acupuntura: Esta técnica de la medicina tradicional china puede ayudar a aliviar el dolor de la fibromialgia en algunas personas.
Masajes: Los masajes terapéuticos pueden ayudar a aliviar la tensión muscular y reducir el dolor.
Aceites esenciales: Algunos aceites esenciales, como la lavanda y la menta, pueden tener propiedades relajantes y analgésicas.
Suplementos de vitamina D: Algunos estudios han encontrado una relación entre la deficiencia de vitamina D y el dolor crónico. Consulta a tu médico antes de tomar suplementos de vitamina D.
Hidroterapia: La terapia con agua, ya sea a través de la natación o de baños terapéuticos, puede ayudar a aliviar el dolor y mejorar la movilidad.
De nuevo, recuerda que aunque estos remedios naturales pueden ser útiles, siempre debes consultar a tu médico antes de comenzar cualquier tratamiento para asegurarte de que es seguro y adecuado para ti. Además, estos remedios pueden no funcionar para todos y no reemplazan los tratamientos médicos tradicionales.