En 2015, un vestido se volvió viral y dividió a la opinión pública. Unos decían que era blanco y dorado, mientras que otros aseguraban que era negro y azul. La controversia nunca fue resuelta, aunque se atribuyó a la iluminación.
Pascal Wallisch, un neurocientífico de la Universidad de Nueva York, se propuso investigar el tema y publicó un estudio en Journal of Vision para aclarar las diferencias de percepción. Según su investigación, las distintas percepciones del vestido se debían a las diferentes suposiciones acerca de cómo se iluminó. Quienes pensaron que el vestido se fotografió en la sombra lo veían blanco y dorado, mientras que los que creyeron que estaba iluminado por la luz artificial lo veían negro y azul.
Wallisch realizó una encuesta online que incluyó a más de 13,000 participantes para recopilar datos. Los voluntarios fueron preguntados si habían visto o no una sombra alrededor del vestido. Los resultados mostraron que el 80% de aquellos que vieron una sombra, percibieron el vestido como blanco y dorado, mientras que solo la mitad de aquellos que no vieron la sombra lo vieron de esos colores, algo muy interesante a resaltar.
Wallisch hipotetizó que la percepción del vestido estaba vinculada con la exposición a la luz solar. Los noctámbulos, que están más expuestos a la luz artificial, ven el vestido como negro y azul, mientras que las personas que se levantan y se acuestan temprano, y pasan más tiempo expuestos a la luz solar, ven el vestido como blanco y dorado. Para confirmar su hipótesis, Wallisch preguntó a los voluntarios por la hora a la que se iban a dormir y comparó sus ritmos circadianos con cómo habían percibido el vestido, esto le dio una pauta mucho más clara a su teoría.
En conclusión, la controversia sobre el color del vestido se debe a las diferentes suposiciones acerca de cómo se iluminó. Aquellos que pensaron que el vestido se fotografió en la sombra lo vieron blanco y dorado, mientras que aquellos que creyeron que estaba iluminado por la luz artificial lo vieron negro y azul. Además, la percepción del vestido está vinculada con la exposición a la luz solar y la luz artificial, lo que significa que las personas que se acuestan temprano y están más expuestas a la luz solar tienden a ver el vestido como blanco y dorado, mientras que los noctámbulos, que están más expuestos a la luz artificial, lo ven como negro y azul.