Después de casi 500 días de búsqueda, los restos de Fernanda Maciel, una joven embarazada de 21 años que desapareció misteriosamente cerca de su casa, en la comuna de Conchalí, en Santiago, fueron encontrados en la misma bodega que sus familiares indicaban como sospechosa. El caso de Fernanda Maciel se convirtió en uno de los casos policiales más trágicos de la historia de Chile, en el que participaron tanto audiencias como entidades especializadas en pericias, familiares y amigos de la joven.
Fernanda desapareció el 18 de febrero de 2018, cuando fue captada por una cámara de seguridad caminando en dirección a una bodega ubicada en la intersección de las calles Llaima con Puntiagudo, en la comuna de Conchalí, a solo 40 metros de su casa. Después de su desaparición, varias teorías salieron a la luz, incluyendo la idea de que había huido con un amante o que tenía vínculos con narcotraficantes peligrosos. Además, varios «psíquicos» que afirmaban haber tenido «visiones» de Fernanda y su paradero también inundaron la investigación con detalles poco claros.
Durante la investigación, la pareja de Fernanda, Luis Petersen, también fue sospechoso de su desaparición. Las autoridades autorizaron una revisión de su casa en octubre de 2018, siete meses después de la desaparición de la joven, pero no se encontró nada. Sin embargo, las sospechas contra Petersen persistieron.
En marzo de 2019, se descubrieron restos humanos en la comuna de Huechuraba, en Santiago, y la familia de Fernanda exigió que se revisara la bodega en la que había sido vista por última vez. Sin embargo, no se encontró nada en las varias ocasiones en que se realizó esta pericia.
Finalmente, todo apuntaba a la bodega y a la última persona que vio con vida a Fernanda: Felipe Rojas, quien la invitó a compartir un rato durante la jornada de su desaparición. Rojas aseguró que Fernanda nunca llegó a la bodega y que la contactó por mensajes el día de su desaparición. Felipe Rojas y una ex pareja fueron entrevistados en varias ocasiones por la policía hasta que, el 23 de julio de 2019, casi 500 días después de la desaparición de Fernanda, se reveló la responsabilidad de Rojas en el crimen.
Rojas confesó que Fernanda se había resbalado, se había golpeado en una punta, y que, cuando la trató de levantar, comenzó a convulsionar. Rojas dijo que estaba muy volado y tomó malas decisiones. La envolvió con telas y la enterró en un hoyo en la bodega.
El impacto de la noticia fue enorme en todo Chile, ya que el caso de Fernanda había conmovido a la sociedad en su conjunto. La tristeza, la indignación y la impotencia fueron algunos de los sentimientos que se vivieron en las redes sociales y en las calles de todo el país.
La noticia también generó una reflexión profunda en torno al tema de la violencia de género y los femicidios en Chile. Según las estadísticas, este es un problema que afecta a una gran cantidad de mujeres en todo el país, y que requiere de medidas urgentes para erradicarlo.
La familia de Fernanda manifestó su agradecimiento a todos quienes los acompañaron en la búsqueda de la joven, y exhortó a la sociedad en su conjunto a no olvidar su caso, y a seguir luchando contra la violencia de género.